Siempre que se lleve a cabo March Madness, es una apuesta segura que la gente apostará en los juegos de baloncesto universitario previos al campeonato conocido como Closing 4.

Desde grupos de oficina hasta plataformas de apuestas en línea, pasando por intentar elegir el grupo perfecto, el atractivo de predecir los resultados de los juegos y potencialmente ganar en grande es irresistible para muchos. Sin embargo, bajo la superficie de este evento deportivo anual se esconde una realidad más oscura: los peligros de las apuestas deportivas y la adicción al juego.

Los estudiantes universitarios enfrentan un riesgo único. Una parte importante desconoce las consecuencias y se concentra exclusivamente en ganar dinero, poniendo potencialmente en peligro su éxito académico y su capacidad para permanecer en la escuela y graduarse.

Si bien la mayoría de los estudiantes universitarios que tienen la edad lawful para jugar lo hacen de manera responsable, una organización estima que el 6% de los estudiantes universitarios estadounidenses tienen un problema grave con el juego que puede resultar en dificultades psicológicas, deudas inmanejables y calificaciones reprobatorias. Un informe de 2022 encontró que más de 1 de cada 5 estudiantes universitarios ha utilizado su ayuda financiera para apostar.

Una parte creciente de la cultura deportiva

Como psicólogo clínico autorizado que estudia el juego entre estudiantes universitarios, he observado que uno de los factores clave que contribuyen al aumento de la adicción al juego es la normalización generalizada del juego dentro de la cultura deportiva.

Hoy en día, es imposible para los aficionados a los deportes ver un partido sin ver u oír un anuncio que les invite a hacer una apuesta.

El bombardeo constante de promociones de apuestas durante March Madness puede insensibilizar a las personas ante los riesgos involucrados, lo que lleva a la toma de decisiones impulsivas y comportamientos relacionados. Además, el mayor número de estados que han legalizado las apuestas deportivas móviles en los últimos años (ahora 30) ha facilitado el acceso a las apuestas deportivas en línea, especialmente para los jóvenes menores de 21 años, la edad authorized para jugar.

Una encuesta de la NCAA de 2023 realizada a 3527 jóvenes de entre 18 y 22 años encontró que las apuestas deportivas son omnipresentes entre este grupo. La encuesta indicó que el 58% ha realizado al menos una apuesta deportiva. Las apuestas deportivas están muy extendidas en los campus universitarios: el 67% de los estudiantes que viven en el campus son apostadores y tienden a apostar con mayor frecuencia que los estudiantes que viven fuera del campus. El cuarenta y uno por ciento de los estudiantes universitarios que apuestan en deportes lo han hecho en los equipos de su escuela y el 35% ha utilizado una casa de apuestas para estudiantes.

Anuncios de juegos de azar ubicuos, comportamientos de riesgo

Los anuncios tienen una gran influencia: el 63% de los estudiantes del campus recuerdan haber visto anuncios de apuestas. Esta es una tasa más alta que la encontrada en la población general o aquellos que viajan diariamente o asisten a la universidad virtualmente. El cincuenta y ocho por ciento de esos estudiantes indica que es más possible que apuesten después de ver anuncios.

Los problemas con el juego aparecen en esta población, y el 16% ha participado en al menos un comportamiento de riesgo adicional, como el consumo de alcohol y drogas. El seis por ciento informa que anteriormente ha perdido más de 500 dólares estadounidenses en apuestas deportivas en un solo día.

Mientras tanto, el 70% de estos jugadores arriesgados creen que los juegos deportivos constantes aumentarán sus ganancias monetarias. La accesibilidad de las apuestas deportivas móviles las ha convertido en la opción preferida: el 28% elige opciones móviles para sus apuestas. La legalidad estatal y las restricciones de edad no plantean muchas dificultades, ya que las áreas donde las apuestas son legales tienen casi la misma tasa de participación que las áreas donde no lo son.

Muchos estudiantes universitarios desconocen los daños que se derivan de sus hábitos de juego.
GCShutter a través de Getty Photos

Comienza divertido

Para algunos estudiantes universitarios, apostar por diversión puede convertirse en un problema grave. La adicción al juego incluye todos los patrones de conducta relacionados con el juego que comprometen, perturban o dañan las relaciones personales y familiares o las actividades vocacionales.

Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, los síntomas del trastorno del juego incluyen una preocupación cada vez mayor por el juego, la necesidad de apostar más dinero con mayor frecuencia e inquietud o irritabilidad al intentar dejar de hacerlo. Los síntomas también incluyen “perseguir” pérdidas, frecuentes ausencias inexplicables de clases o del trabajo y cambios visibles en el comportamiento, como el estado de ánimo o una caída repentina en las calificaciones. Quienes padecen un trastorno del juego también pueden experimentar un deterioro de la salud, alejamiento de sus seres queridos y pérdida de management. En casos extremos, los problemas con el juego pueden provocar la ruina financiera, problemas legales, la pérdida de la carrera y la familia o incluso el suicidio.

Reducir los riesgos

Si bien March Madness puede ser un momento de entusiasmo para los fanáticos de los deportes, es esencial reconocer los posibles peligros y tomar medidas para mitigar los riesgos.

Reconocer y responder tempranamente a las señales de advertencia puede marcar una diferencia significativa. Organizaciones como el Consejo Nacional sobre Problemas con el Juego brindan apoyo confidencial y pueden conectar a las personas con servicios y programas de tratamiento adaptados a sus necesidades. Llame o envíe un mensaje de texto a su línea de ayuda al 1-800-GAMBLER, charle con consejeros de la línea de ayuda en www.1800gamblerchat.org, encuentre un centro de tratamiento o asista a una reunión de autoayuda.

CollegeGambling.org está diseñado específicamente para ayudar a los estudiantes, los profesionales de la salud del campus y los padres a abordar los daños relacionados con el juego.

La terapia y los grupos de apoyo pueden ser herramientas invaluables. Específicamente, las investigaciones muestran que la terapia cognitivo-conductual y las técnicas de entrevista motivacional han sido efectivas para tratar los problemas con el juego al abordar problemas subyacentes y ayudar a las personas a desarrollar estrategias de afrontamiento más saludables.

Es importante que las personas evalúen sus opciones de tratamiento y apoyo en función de sus necesidades y circunstancias únicas.