—Josh A. Goldstein es investigador en el Centro de Seguridad y Tecnología Emergente (CSET) de la Universidad de Georgetown, donde trabaja en el Proyecto CyberAI. Renée DiResta es directora de investigación del Observatorio de Web de Stanford y autora de Reglas invisibles: las personas que convierten las mentiras en realidad.

A finales de mayo, OpenAI marcó una nueva “primicia” en su historia corporativa. No se trataba de un modelo de lenguaje aún más poderoso ni de una nueva asociación de datos, sino de un informe que revelaba que los malos actores habían hecho un mal uso de sus productos para ejecutar operaciones de influencia.

La compañía había descubierto cinco redes de propagandistas encubiertos, incluidos actores de Rusia, China, Irán e Israel, que utilizaban sus herramientas de inteligencia artificial generativa para tácticas engañosas que iban desde crear grandes volúmenes de comentarios en redes sociales en varios idiomas hasta convertir artículos de noticias en publicaciones de Facebook. .

OpenAI señaló que el uso de estas herramientas parecía tener como objetivo mejorar la calidad y cantidad de la producción. La IA también da a los propagandistas un impulso de productividad.

Como investigadores que hemos estudiado las operaciones de influencia en línea durante años, hemos visto que las operaciones de influencia continúan proliferando, en todas las plataformas sociales y centradas en todas las regiones del mundo. Y si hay algo que hemos aprendido es que la transparencia de las Major Tech es primordial. Lea la historia completa.

+ Si estás interesado en saber cómo los delincuentes utilizan la IA, consulta el artículo de Melissa Heikkilä. historia sobre cómo las herramientas generativas están impulsando el mundo felony.

Los gemelos digitales están ayudando a los científicos a realizar los experimentos más complejos del mundo

En enero de 2022, el telescopio espacial James Webb de la NASA, valorado en 10.000 millones de dólares, se acercaba al closing de su viaje de un millón de millas desde la Tierra. Pero llegar a su punto orbital sería sólo una parte de su traicionero viaje. Para prepararse para las observaciones, la nave espacial tuvo que desplegarse en una complicada coreografía que, según los cálculos de sus ingenieros, tenía 344 formas diferentes de fallar.

Durante varios días de coreografía, el telescopio envió datos a la Tierra en tiempo actual, y el software package utilizó esos datos casi simultáneamente para representar un video en 3D de cómo iba el proceso. El vídeo en 3D representaba un “gemelo digital” del complejo telescopio: un modelo informático del instrumento actual, basado en la información que proporcionaba el instrumento.

El equipo observó tensamente, durante los primeros días de JWST, cómo los 344 problemas potenciales no aparecían. Por fin, JWST tenía su forma ultimate y lucía como debería, tanto en el espacio como en la pantalla. El gemelo digital se ha ido actualizando desde entonces.