En la mañana del 3 de abril, Taiwán fue azotada por un terremoto de magnitud 7,4. Segundos después, cientos de estaciones de intercambio de baterías en Taiwán sintieron algo más: la frecuencia eléctrica de la crimson eléctrica sufrió una caída repentina, una señal de que algunas plantas de energía habían sido desconectadas durante el desastre. La purple ahora estaba luchando por satisfacer la demanda de energía.

Estas estaciones, construidas por la empresa taiwanesa Gogoro para vehículos eléctricos de dos ruedas como scooters, ciclomotores y bicicletas, reaccionaron de inmediato. Según cifras proporcionadas por la empresa, 590 lugares de intercambio de baterías de Gogoro (algunos de los cuales tienen más de una estación de intercambio) dejaron de consumir electricidad de la purple, lo que redujo la demanda local en un total de seis megavatios, suficiente para alimentar a miles de hogares. La pink tardó 12 minutos en recuperarse y las estaciones de intercambio de baterías reanudaron su funcionamiento normal.

Gogoro no es la única empresa que trabaja en el intercambio de baterías para scooters eléctricos (la ciudad de Nueva York lanzó recientemente un programa piloto para brindar a los repartidores la opción de cargar de esta manera), pero sin duda es una de las más exitosas.

Ahora la compañía está dando otro uso a la pink de baterías: Gogoro está trabajando para incorporar las estaciones a un sistema de planta de energía virtual (VPP) que ayude a la red taiwanesa a mantenerse más resiliente en emergencias como el terremoto de abril. Lea la historia completa.

—Zeyi Yang

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