A principios de la década de 2010, la electricidad parecía preparada para una toma hostil del consultorio médico. La investigación sobre cómo el sistema nervioso (la autopista que transporta mensajes eléctricos entre el cerebro y el cuerpo) controla la respuesta inmune estaba ganando terreno.

Y eso había abierto la puerta a la posibilidad de piratear los circuitos del cuerpo y controlar así una serie de enfermedades crónicas, incluidas la artritis reumatoide, el asma y la diabetes, como si el sistema inmunológico fuera tan reprogramable como una computadora.

Para hacerlo necesitaría una nueva clase de implante: un “electrocéutico”. Estos dispositivos sustituirían a los medicamentos. No más efectos secundarios complicados. Y ya no tendrá que adivinar si un medicamento funcionaría de manera diferente para usted y para otra persona. En los diez años transcurridos aproximadamente desde entonces, se han acumulado alrededor de mil millones de dólares en torno a este esfuerzo. Pero los productos electrocéuticos todavía no han despegado como se esperaba.

Ahora, sin embargo, un número cada vez mayor de investigadores está empezando a mirar más allá del sistema nervioso y a experimentar con formas inteligentes de manipular eléctricamente células de otras partes del cuerpo, como la piel.

Su trabajo sugiere que este enfoque podría igualar la promesa inicial de los electrocéuticos, produciendo vendajes bioeléctricos de rápida curación, enfoques novedosos para el tratamiento de trastornos autoinmunes, nuevas formas de reparar el daño a los nervios e incluso mejores tratamientos para el cáncer. Lea la historia completa.

—Sally Adee

Por qué los vehículos eléctricos más grandes no siempre son mejores

Los SUV se están apoderando del mundo: los modelos de vehículos más grandes representaron casi la mitad de las ventas de automóviles nuevos a nivel mundial en 2023, un nuevo récord para el segmento.

Hay muchas razones para estar nervioso por la huella cada vez mayor de los vehículos, desde preocupaciones por la seguridad de los peatones y el mantenimiento de las carreteras hasta mayores emisiones de gases de efecto invernadero. Pero en cierto modo, los SUV también representan una enorme oportunidad para la acción climática, ya que sacar de las carreteras a los peores consumidores de gasolina y reemplazarlos con versiones eléctricas podría ser un gran paso para reducir la contaminación.

Está claro que nos dirigimos hacia un futuro con coches más grandes. Esto es lo que podría significar para el clima y para nuestro futuro en la carretera. Lea la historia completa.