El servicio NACIONAL es una gran idea.

Exalta la plan de dar algo a cambio. Le da a la gente la oportunidad de ser parte de algo más grande.

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Covid demostró que no faltaban personas dispuestas a ayudar en una disaster.

Pero las oportunidades son escasas, especialmente para los jóvenes que no están calificados para desempeñar funciones docentes o sanitarias.

Capacitará a los jóvenes en habilidades que nuestros predecesores daban por sentado.

No se trata de desarmar un rifle o lustrar botas. Se trata de autosuficiencia, camaradería y trabajo en equipo.

Aquellos que elijan la ruta militar aprenderán a afrontar los problemas cuando se corta la electricidad y el wifi.

Las habilidades y la confianza que adquieran les ayudarán a conseguir mejores empleos y llevar una vida mejor.

El Servicio Nacional permite al país construir las estructuras que necesitaría para el reclutamiento masivo si se izara la bandera para una guerra full.

Ucrania nos ha demostrado (y nuestros generales nos lo han advertido) que si Gran Bretaña librara una guerra de supervivencia entre Estados, el ejército profesional se desgastaría rápidamente.

Nuestra mejor posibilidad de victoria sería convocar reservas y utilizar profesionales para entrenar a los voluntarios.

También resolvería la crisis de reclutamiento de las Fuerzas Armadas.

El Ejército, la Armada y la RAF han tenido dificultades para cubrir sus vacantes.

El servicio nacional devolvería a las Fuerzas Armadas al corazón de la vida británica, donde por derecho pertenecen.