Así descubrí el Golden Pup de Joy for All. Ladea la cabeza. Luce un alegre pañuelo rojo. Ladra cuando hablas. Se mueve cuando lo tocas. Tiene un latido realista. Y es sólo uno de los muchos robots diseñados para personas con Alzheimer y demencia.

Esta semana en The Checkup, únete a mí mientras bajo por una madriguera de conejo. Echemos un vistazo a la posibilidad de utilizar robots para cambiar la atención a la demencia.

En lo que respecta a los robots, Golden Pup es decididamente de baja tecnología. Se vende por $140. Por unos 6.000 dólares puedes optar por Paro, una cría de foca robótica y esponjosa desarrollada en Japón, que puede sentir el tacto, la luz, el sonido, la temperatura y la postura. Su fabricante dice que desarrolla su propio carácter, recordando comportamientos que llevaron a su dueño a prestarle atención.

Golden Pup y Paro ya están disponibles. Pero los investigadores están trabajando en robots mucho más sofisticados para personas con trastornos cognitivos: dispositivos que aprovechan la IA para conversar y jugar. Investigadores de la Universidad de Indiana en Bloomington están modificando un sistema robótico disponible comercialmente llamado QT para atender a personas con demencia y Alzheimer. El robot de dos pies de altura de los investigadores se parece un poco a un niño pequeño con un traje de astronauta. Su cabeza redonda y blanca sostiene una pantalla que muestra dos cejas, dos ojos y una boca que juntos forman una variedad de expresiones. El robot entabla una conversación con las personas y les hace preguntas generadas por IA para que sigan hablando.

El modelo de IA que están usando no es perfecto, ni tampoco lo son las respuestas del robot. En una conversación incómoda, un participante del estudio le dijo al robot que tiene una hermana. “Lamento oír eso”, respondió el robot. “¿Cómo estás?”

Pero a medida que mejoren los grandes modelos lingüísticos (lo que ya está sucediendo), también lo hará la calidad de las conversaciones. Cuando el robot QT hizo ese comentario incómodo, estaba ejecutando GPT-3 de Open AI, que se lanzó en 2020. La última versión de ese modelo, GPT-4o, que se lanzó esta semana, es más rápida y permite conversaciones más fluidas. Puedes interrumpir la conversación y el modelo se adaptará.

La idea de utilizar robots para mantener a los pacientes con demencia interesados ​​y conectados no siempre es fácil de vender. Algunas personas lo ven como una abdicación de nuestras responsabilidades sociales. Y luego están las preocupaciones sobre la privacidad. Los mejores compañeros robóticos están personalizados. Recopilan información sobre la vida de las personas, conocen sus gustos y disgustos y descubren cuándo acercarse a ellos. Ese tipo de recopilación de datos puede resultar desconcertante, no sólo para los pacientes sino también para el personal médico. Lillian Hung, creadora del laboratorio de Innovación en el cuidado y el envejecimiento de la demencia (IDEA) de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver, Canadá, le contó a un periodista sobre un incidente que ocurrió durante un grupo focal en un centro de atención. Ella y sus colegas salieron a almorzar. Cuando regresaron, descubrieron que el personal había desconectado el robot y le había colocado una bolsa en la cabeza. “Les preocupaba que los estuvieran grabando en secreto”, dijo.